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Salud Holística, Anatomía del Alma, Los Pecados.
SADM #63 Nov/Dic 2015
Orah Gabay, Hypnotherapist
En esencia somos seres espirituales que habitan en un cuerpo físico, como opuesto a que somos seres físicos dotados de alma.
Esta distinción determina como vivimos en este mundo. Esto nos guía a comprender al Alma y su Anatomía y debemos de estar conscientes de que hay una Inteligencia Superior, una Luz Divina que continuamente se difunde por toda la Creación.
Nuestro trabajo es llegar a ser conscientes de esta Luz e internalizarla en nuestro corazón y en nuestro cuerpo. Profundizando más en nuestro cuerpo, nos vamos a encontrar un sistema importante que provee de marco y soporte para todos los órganos del cuerpo: el Sistema Esquelético. Algunos huesos de este sistema protegen órganos vitales tales como el cerebro, el corazón y los pulmones.
Para que una persona sienta “paz en sus huesos”; es decir, “paz interior”, debe mantener un balance perfecto entre el cuerpo y el alma. Algunas escuelas Kabalistas del siglo XII transmitieron que “los pecados” o trasgresiones, se quedan grabados en los huesos y hasta que no sean “reordenados” seguirán allí. Se trata de trasmitir Luz a esas partes, juntando todas nuestras energías y anulando las fuerzas trasgresoras y opositoras que existen dentro de nuestro ser.
Surge una pregunta y como se “reordena” para disolver y eliminar “los pecados grabados” en los huesos?
Es importante saber primero que cuando hay un dolor en el cuerpo esa información está grabada en los huesos y estos producen una resonancia focalizada en alguna parte del cuerpo. Información que se forma en energías que se ordenan en combinaciones de letras codificadas. Cuando todos mis huesos hagan la confesión; es decir, salga a la superficie “la verdad”, solo con el propósito de traer paz, unión y armonía, la combinación de letras grabadas entre ellos será reordenada y rectificada.
La confesión (con un sacerdote, psicólogo o en meditación con Dios, etc.) no es un auto-castigo culposo. La confesión tiene sus beneficios, su significado, tiene sus raíces en la palabra hebrea: “vidui” que significa agradecer o admitir. Es entender el propósito de nuestra situación en un momento determinado, sin juicios, sin culpables, es descubrir y asimilar la bendición espiritual que encierra ese “pecado” y admitir o agradecer por la oportunidad de aprender a través de la experiencia.
Esta es la verdadera limpieza de nuestros huesos. La confesión nos libera de nuestras propias discusiones internas y de las imperfecciones que han sido generadas debido a nuestros “pecados”, alcanzando la conciencia de estar ante la presencia de una Inteligencia Superior, ante la presencia de Dios, de cómo él nos agradecería que actuáramos, como podemos acercarnos a su imagen y semejanza a nivel de conciencia.
El mensaje que les dejo, en esta oportunidad, es que “la verdad” aunque les parezca riesgosa, debe ser vuestra bandera y escudo defensor frente a las fuerzas opositoras del mal. La verdad limpia y protege nuestros “huesos” y por lo tanto es la medicina natural universal para nuestra alma y nuestro cuerpo. Hasta la próxima !!!
Orah Gabay 786 222 2012 doritagabay@gmail.com / facebook: Dora Gabay Chuchani
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Salud Holística, Anatomía del Alma, Los Pecados.
SADM #63 Nov/Dic 2015
Orah Gabay, Hipnoterapista
En esencia somos seres espirituales que habitan en un cuerpo físico, como opuesto a que somos seres físicos dotados de alma.
Esta distinción determina como vivimos en este mundo. Esto nos guía a comprender al Alma y su Anatomía y debemos de estar conscientes de que hay una Inteligencia Superior, una Luz Divina que continuamente se difunde por toda la Creación.
Nuestro trabajo es llegar a ser conscientes de esta Luz e internalizarla en nuestro corazón y en nuestro cuerpo. Profundizando más en nuestro cuerpo, nos vamos a encontrar un sistema importante que provee de marco y soporte para todos los órganos del cuerpo: el Sistema Esquelético. Algunos huesos de este sistema protegen órganos vitales tales como el cerebro, el corazón y los pulmones.
Para que una persona sienta “paz en sus huesos”; es decir, “paz interior”, debe mantener un balance perfecto entre el cuerpo y el alma. Algunas escuelas Kabalistas del siglo XII transmitieron que “los pecados” o trasgresiones, se quedan grabados en los huesos y hasta que no sean “reordenados” seguirán allí. Se trata de trasmitir Luz a esas partes, juntando todas nuestras energías y anulando las fuerzas trasgresoras y opositoras que existen dentro de nuestro ser.
Surge una pregunta y como se “reordena” para disolver y eliminar “los pecados grabados” en los huesos?
Es importante saber primero que cuando hay un dolor en el cuerpo esa información está grabada en los huesos y estos producen una resonancia focalizada en alguna parte del cuerpo. Información que se forma en energías que se ordenan en combinaciones de letras codificadas. Cuando todos mis huesos hagan la confesión; es decir, salga a la superficie “la verdad”, solo con el propósito de traer paz, unión y armonía, la combinación de letras grabadas entre ellos será reordenada y rectificada.
La confesión (con un sacerdote, psicólogo o en meditación con Dios, etc.) no es un auto-castigo culposo. La confesión tiene sus beneficios, su significado, tiene sus raíces en la palabra hebrea: “vidui” que significa agradecer o admitir. Es entender el propósito de nuestra situación en un momento determinado, sin juicios, sin culpables, es descubrir y asimilar la bendición espiritual que encierra ese “pecado” y admitir o agradecer por la oportunidad de aprender a través de la experiencia.
Esta es la verdadera limpieza de nuestros huesos. La confesión nos libera de nuestras propias discusiones internas y de las imperfecciones que han sido generadas debido a nuestros “pecados”, alcanzando la conciencia de estar ante la presencia de una Inteligencia Superior, ante la presencia de Dios, de cómo él nos agradecería que actuáramos, como podemos acercarnos a su imagen y semejanza a nivel de conciencia.
El mensaje que les dejo, en esta oportunidad, es que “la verdad” aunque les parezca riesgosa, debe ser vuestra bandera y escudo defensor frente a las fuerzas opositoras del mal. La verdad limpia y protege nuestros “huesos” y por lo tanto es la medicina natural universal para nuestra alma y nuestro cuerpo. Hasta la próxima !!!
Orah Gabay 786 222 2012 doritagabay@gmail.com / facebook: Dora Gabay Chuchani
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