SADM #75 Nov/Dic 2017
El motivo de estas celebraciones de la temporada es el de dar gracias por todo lo recibido a lo largo del último año, salud, trabajo, bienestar, amor…
Estamos cerca de las festividades de “Acción de Gracias” y estamos en la recta final para terminar un año más y de recibir otro que comienza, un ciclo más que se cierra, pero otro que se abre lleno de posibilidades y grandes esperanzas.
Este año nos está dejando sin duda muchas alegrías y seguro que también cantidad de desafíos y sufrimientos. Así es la vida. Cada año está lleno de mágicos momentos que dan significado a nuestras vidas, pero lo que yo quiero compartir ahora con ustedes, es una reflexión acerca de la forma como se celebran en este país dos de las más grandes fiestas del calendario: La fiesta de Acción de Gracias en Noviembre y la fiesta de la Navidad en Diciembre.
Ambas fiestas son celebraciones de amor y gratitud, pero lamentablemente da mucha pena ver que hayan perdido su esencia y se hayan convertido en las dos más grandes FIESTAS COMERCIALES.
Años anteriores el comercio en estas fecha permanecían cerrado. Hoy en día, en cada año se adelanta el horario de las tiendas para abrir sus puertas. La gente abarrota las tiendas y centros comerciales, para comprar y comprar exageradamente todo lo que encuentran a su paso, desde lo más simple hasta lo más sofisticado, con cuya actitud lo único que hacen es dejar a un lado el compartir con la familia, para irse de compras.
La gente debería entender que el amor y la gratitud no tienen precio monetario ni fecha en el calendario. Se dan día a día en las cosas más simples de la vida, o como dice el dicho: “amor con amor se paga”.
La Navidad es la fiesta por excelencia, en ella recordamos y damos gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo para que viva entre nosotros, para que conozcamos el valor de la familia representada en Jesús, José y María y para que nos amemos los unos a los otros sin premios ni recompensas. El 25 de Diciembre es señalada como fecha del Nacimiento de Jesús, pero los 365 días del año debemos vivir en armonía con sus enseñanzas y ejemplo de vida.
El Día de Acción de Gracias es una de las tradiciones más populares de cuantas son celebradas por los norteamericanos y hasta hay quienes la consideran la fiesta familiar por excelencia en los Estados Unidos.
Las luces de Navidad, los arbolitos iluminados, el frío, las invitaciones para celebrar. Todos estos son ingredientes de la temporada de fiestas que oficialmente se inicia el Día de Acción de Gracias y se extiende hasta la celebración del Año Nuevo. Para muchas personas, esta es la época más alegre del año y sueñan con que llegue la Navidad para celebrar con su familia y amigos.
Otro ingrediente de esta temporada es el estrés familiar que aparece de muchas maneras. Sin embargo, la mayor parte del estrés y la ansiedad en torno a la familia a menudo es anticipatoria. Basándonos en experiencias pasadas desagradables, combinadas con la inminente mezcla de diferentes personalidades, comenzamos a preocuparnos por las disfunciones familiares. Aunque en realidad podría haber dificultades muy reales en torno a las dinámicas interpersonales en nuestra familia, a veces éstas nos pillan alimentando el fuego, en vez de intentar aplacarlo.
Antídoto: Comprométete con la gratitud. Date el tiempo de tomar distancia para ser consciente de todo lo que tienes, para contar las bendiciones que has recibido. Durante esta época del año, una sensación de gratitud puede caer fácilmente por el camino de la indulgencia y las ideas de “más” y “más feliz” se toman la delantera. Por lo tanto, en medio del tumulto de las celebraciones de fin de año, trata de “re-centrarte” siendo conscientemente agradecido por los múltiples aspectos que nos trae esta temporada y por nuestros seres queridos, con los que tenemos la bendición de compartir estas fiestas.
Antes de terminar esta reflexión quiero dejar constancia que si bien ambas celebraciones tienen su esencia en el amor y la gratitud, entre ellas hay grandes diferencias. No hay que confundirlas:
- La Navidad tiene origen religioso (El nacimiento de Cristo) y se celebra a nivel mundial.
- La fiesta de acción de gracias es de origen humano, un banquete de agradecimiento.
Por último, me alegra saber que en algunas familias conservan la costumbre de hacer el pesebre; pero no basta con repetir un gesto tradicional aunque sea importante. Hay que intentar vivir en la realidad del día a día lo que el pesebre representa, es decir, el amor, su humildad, su alegría, agradecer el alimento de cada día. Y vivir el presente no el pasado!!!!!
¡Te deseo salud, felicidad, suerte y amor, hoy y siempre, de todo corazón!