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La Sauna y Baño de Vapor

Medicina Natural, La Sauna y Baño de Vapor SADM #66 May/Jun 2016

mapfre.es/salud

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Diferencias entre La Sauna y Baño de Vapor.

La sauna

El calor y el ambiente es seco.

La temperatura que puede alcanzarse supera los 90ºC.

Es una estructura cálida hecha de madera.

El usuario puede sentarse o estirarse en bancos de madera.

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Los baños de vapor

Grado de humedad elevado.

La temperatura no suele superar los 50-70ºC aunque puede no parecerlo ya que la humedad llega al 100%.

Es una estructura fría con azulejos, gresite o piedra.

El usuario puede sentarse o estirase en bancos construidos dentro del espacio.

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LO QUE DEBES SABER…

El uso de las saunas o baños de vapor es muy saludable pero no debe

hacerse a la ligera. Deben de seguirse unas indicaciones.

Son muchos los beneficios en salud, belleza y bienestar que aportan las saunas y baños de vapor.

Seguir unos hábitos y consejos de uso antes y durante el uso permitirán obtener más beneficios de la sesión.

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La elección entre La Sauna y Baño de Vapor dependerá de las preferencias de cada uno. Hay a quien le agobia la humedad y prefiere la seque­dad de la sauna y, al contrario, hay quien prefiere sentir la humedad en la piel.

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Sus beneficios

Tanto la sauna como el baño de vapor son muy beneficiosos para la salud ya que consiguen rela­jar al usuario, entre otros muchos otros aspectos positivos.

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Lo primero que nota una persona al entrar en una sauna es el aumento de la temperatura que provoca la transpiración. Al transpirar se realiza una limpieza de toxinas y se eliminan productos de desecho a través de los poros de la piel.

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Además, el calor seco actúa como antiinflamato­rio perfecto para molestias musculares y articula­res. Aquellas personas que sufren de alteraciones a nivel articular y reumatológicas sienten alivio realizando sesiones terapéuticas en la sauna.

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Por otro lado, el latido cardíaco aumenta apro­ximadamente un 30% por lo que el corazón dis­tribuye más sangre al cuerpo, en mayor medida hacia la piel.

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Respecto la tensión arterial, ésta puede dismi­nuir o aumentar en función de cada individuo. Por ello se recomienda que las personas con ten­sión arterial alterada o con problemas cardíacos consulten con su médico antes de hacer uso de la sauna. En este supuesto se incluyen también mujeres embarazadas.

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En cambio, el baño de vapor emana calor húme­do, efecto muy positivo para aquellas personas con problemas de sinusitis, bronquitis o alergias respiratorias. La humedad del baño de vapor es de gran ayuda para mejorar las alteraciones que presentan estas patologías.

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Además, el calor húmedo también es útil como terapia para afecciones respiratorias y, si se com­bina con mentol o eucaliptus, el beneficio es aún mayor ya que limpian las vías respiratorias al poder eliminar la mucosidad que puede existir al facilitar su eliminación por aumento de la fluidi­ficación.

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Las sesiones de sauna tienen un efecto diurético. Esta eliminación de líquidos ayuda a reducir la celulitis y las adiposidades. Además, conseguire­mos efectos beneficiosos en nuestro sistema lo­comotor y articular, pues la eliminación de líqui­dos ayudará en torceduras, neuralgias, rigidez articular, espasmos musculares… No debemos olvidar que es un buen aliado contra la artritis.

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Consejos de uso

Antes de frecuentar La Sauna y Baño de Vapor es recomendable echar un vistazo a los con­sejos de uso.

Evitar el consumo de alcohol o medicación an­tes de entrar en una sauna o baño de vapor.

Hidratarse bien (entre 2-4 vasos de agua al sa­lir).

Consultar con el médico en caso de duda o de experimentar alguna sensación extraña.

Ducharse antes de entrar en la sauna.

Usar una toalla como hábito higiénico pero sin impedir que la pieza impida la sudoración correc­tamente.

Sentarse en los bancos intermedios o superiores con las piernas a la misma altura de manera que las extremidades alcancen la misma temperatu­ra.

Realizar las repeticiones de los ciclos en el caso de las saunas, es decir, salir a refrigerarse des­pués de haber estado entre 5-10’ dentro, antes de volver a entrar a sudar. Realizar uno o dos ciclos es lo que se aconseja de manera habitual.

Usar chanclas en los baños de vapor ya que no siempre son lugares libres de hongos y bacterias por dificultad en su limpieza.

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Fuente: Mapfre.es/salud

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La Sauna y Baño de Vapor

Medicina Natural, La Sauna y Baño de Vapor SADM #66 May/Jun 2016

mapfre.es/salud

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Diferencias entre La Sauna y Baño de Vapor.

La sauna

El calor y el ambiente es seco.

La temperatura que puede alcanzarse supera los 90ºC.

Es una estructura cálida hecha de madera.

El usuario puede sentarse o estirarse en bancos de madera.

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Los baños de vapor

Grado de humedad elevado.

La temperatura no suele superar los 50-70ºC aunque puede no parecerlo ya que la humedad llega al 100%.

Es una estructura fría con azulejos, gresite o piedra.

El usuario puede sentarse o estirase en bancos construidos dentro del espacio.

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LO QUE DEBES SABER…

El uso de las saunas o baños de vapor es muy saludable pero no debe

hacerse a la ligera. Deben de seguirse unas indicaciones.

Son muchos los beneficios en salud, belleza y bienestar que aportan las saunas y baños de vapor.

Seguir unos hábitos y consejos de uso antes y durante el uso permitirán obtener más beneficios de la sesión.

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La elección entre una sauna o un baño de vapor dependerá de las preferencias de cada uno. Hay a quien le agobia la humedad y prefiere la seque­dad de la sauna y, al contrario, hay quien prefiere sentir la humedad en la piel.

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Sus beneficios

Tanto la sauna como el baño de vapor son muy beneficiosos para la salud ya que consiguen rela­jar al usuario, entre otros muchos otros aspectos positivos.

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Lo primero que nota una persona al entrar en una sauna es el aumento de la temperatura que provoca la transpiración. Al transpirar se realiza una limpieza de toxinas y se eliminan productos de desecho a través de los poros de la piel.

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Además, el calor seco actúa como antiinflamato­rio perfecto para molestias musculares y articula­res. Aquellas personas que sufren de alteraciones a nivel articular y reumatológicas sienten alivio realizando sesiones terapéuticas en la sauna.

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Por otro lado, el latido cardíaco aumenta apro­ximadamente un 30% por lo que el corazón dis­tribuye más sangre al cuerpo, en mayor medida hacia la piel.

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Respecto la tensión arterial, ésta puede dismi­nuir o aumentar en función de cada individuo. Por ello se recomienda que las personas con ten­sión arterial alterada o con problemas cardíacos consulten con su médico antes de hacer uso de la sauna. En este supuesto se incluyen también mujeres embarazadas.

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En cambio, el baño de vapor emana calor húme­do, efecto muy positivo para aquellas personas con problemas de sinusitis, bronquitis o alergias respiratorias. La humedad del baño de vapor es de gran ayuda para mejorar las alteraciones que presentan estas patologías.

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Además, el calor húmedo también es útil como terapia para afecciones respiratorias y, si se com­bina con mentol o eucaliptus, el beneficio es aún mayor ya que limpian las vías respiratorias al poder eliminar la mucosidad que puede existir al facilitar su eliminación por aumento de la fluidi­ficación.

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Las sesiones de sauna tienen un efecto diurético. Esta eliminación de líquidos ayuda a reducir la celulitis y las adiposidades. Además, conseguire­mos efectos beneficiosos en nuestro sistema lo­comotor y articular, pues la eliminación de líqui­dos ayudará en torceduras, neuralgias, rigidez articular, espasmos musculares… No debemos olvidar que es un buen aliado contra la artritis.

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Consejos de uso

Antes de frecuentar una sauna o un baño de va­por es recomendable echar un vistazo a los con­sejos de uso.

Evitar el consumo de alcohol o medicación an­tes de entrar en una sauna o baño de vapor.

Hidratarse bien (entre 2-4 vasos de agua al sa­lir).

Consultar con el médico en caso de duda o de experimentar alguna sensación extraña.

Ducharse antes de entrar en la sauna.

Usar una toalla como hábito higiénico pero sin impedir que la pieza impida la sudoración correc­tamente.

Sentarse en los bancos intermedios o superiores con las piernas a la misma altura de manera que las extremidades alcancen la misma temperatu­ra.

Realizar las repeticiones de los ciclos en el caso de las saunas, es decir, salir a refrigerarse des­pués de haber estado entre 5-10’ dentro, antes de volver a entrar a sudar. Realizar uno o dos ciclos es lo que se aconseja de manera habitual.

Usar chanclas en los baños de vapor ya que no siempre son lugares libres de hongos y bacterias por dificultad en su limpieza.

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Fuente: Mapfre.es/salud

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