Salud y Renta Vitalicia

Actualmente la humanidad está viviendo una época inédita, una pandemia que no se repetía desde hacía un siglo, cuando el protagonista fue la llamada Gripe Española, que dejó más de 50 millones de fallecidos, millones de enfermos y devastadas condiciones socio-económicas, exacerbadas por dos conflictos bélicos de carácter mundial.

Citando algunas referencias bibliográficas, la esperanza de vida para inicios del siglo era de 55 años. Para el presente, la media mundial de vida es de 75 años según la OMS, con tendencia previsible a ser superada y según el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) utilizado para clasificar a los países según su Desarrollo Humano, para lo que considera tres variables: esperanza de vida, educación e ingreso per cápita, en general las naciones del mundo, han presentado cifras con franca mejoría en comparación a hace 100 años.

Todos podemos afirmar que queremos vivir durante más años (esperanza de vida), sin embargo, desconocemos si lo lograremos con ingresos económicos suficientes. ¿Sabes qué? Sólo de nuestro accionar, depende lograrlo. Posterior a la era industrial, los seres humanos comenzamos a impulsar mejores condiciones de salud, salubridad, tecnologías médicas y avances científicos, permitiendo hoy por hoy, disfrutar de una mayor expectativa de vida, que continúa en aumento al pasar de los años.

Ya para esa era, fueron consideradas las pensiones y jubilaciones, para mantener ingresos que respondieran a mayores necesidades, justamente cuando las capacidades físicas inexorablemente disminuyan.

Como médicos y cirujanos ortopédicos, conocemos que el sistema osteomuscular y con ello el aparato locomotor, sufren enfermedades degenerativas con el devenir del tiempo. Es conocido dentro de nuestra realidad, principalmente en países latinoamericanos, así como otras partes del mundo, que dichas pensiones o jubilaciones son absolutamente insuficientes, para los adultos mayores (tercera vida o seniors), representando para estados o gobiernos una carga económica muy alta, para mantener la longevidad ante la cual se enfrenta la humanidad, así como proveer de ingresos que cubran los gastos de la vida cotidiana.