El “National Cancer Institute” afiliado al NIH publicó un artículo el 26 de marzo de 2025 titulado «Daily physical activity, even at light intensities, linked to lower cancer risk», en el cual se recoge los resultados de un estudio realizado con más de 85.000 adultos en el Reino Unido.

Investigadores del NIH y la Universidad de Oxford descubrieron que las personas que realizaban actividad física diaria, aunque fuese de leve intensidad, moderada hasta vigorosa, tenían un menor riesgo de cáncer que las personas más sedentarias.

Los hallazgos publicados el 26 de marzo de 2025 en el “British Journal of Sports Medicine”, se encuentran entre los primeros en evaluar la reducción del riesgo de cáncer asociada con actividades de intensidad leve, como hacer recados y realizar tareas domésticas.

Según el informe, estos estudios contradicen a otros realizados previamente.

Los investigadores, estuvieron evaluado alrededor de 5,8 años a 2633 participantes que fueron diagnosticados con uno de los 13 tipos de cáncer. Las personas con la mayor cantidad total de actividad física diaria tuvieron un 26 % menos de riesgo de desarrollar cáncer que las personas con la menor cantidad de actividad física diaria.

Los investigadores también exploraron el impacto de sustituir el tiempo sedentario diario por actividad física ligera y de intensidad moderada a vigorosa, y descubrieron que este cambio se asociaba con una reducción del riesgo de cáncer.

La asociación entre la actividad física y el riesgo de cáncer se mantuvo incluso después de ajustar los investigadores por factores demográficos, de estilo de vida, índice de masa corporal (IMC) y otras afecciones de salud.

Un mayor número de pasos diarios, pero no la intensidad de los pasos, también se asoció con un menor riesgo de cáncer.

En comparación con el riesgo de cáncer en quienes caminaban 5000 pasos al día, el riesgo de cáncer fue un 11 % menor para quienes caminaban 7000 pasos al día y un 16 % menor para quienes caminaban 9000 pasos al día. Más allá de los 9000 pasos, la reducción del riesgo se estancó.

Los investigadores sugirieron que las personas menos activas físicamente podrían reducir su riesgo de cáncer incorporando más caminatas, a cualquier ritmo, a su rutina diaria.

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