Proteger las rodillas a los 70 años es fundamental para mantener movilidad, independencia y calidad de vida. Cada kilo de más ejerce una presión adicional en las rodillas, hasta 3-4 veces más al caminar o subir escaleras. Por eso, reducir peso, aunque sea poco, disminuye significativamente el dolor y la progresión de la artrosis.

El ejercicio adecuado es clave. Actividades de bajo impacto como caminar, nadar, usar bicicleta estática o practicar tai chi ayudan a mantener la movilidad sin forzar demasiado las articulaciones. El fortalecimiento de los músculos de los cuádriceps, glúteos y cadera da estabilidad a las rodillas, mientras que los estiramientos suaves mantienen la flexibilidad. Lo recomendable es evitar deportes de alto impacto como correr en asfalto o saltar.

También es importante la protección física. Usar calzado con buena amortiguación, considerar plantillas ortopédicas si existen problemas de alineación y recurrir a un bastón o andador cuando sea necesario son medidas que reducen la carga sobre las rodillas.

La prevención de caídas debe ser una prioridad: mantener buena iluminación en casa, retirar alfombras sueltas y trabajar el equilibrio con ejercicios simples como pararse en un pie o caminar en línea recta puede evitar lesiones.

En el día a día, conviene no permanecer demasiado tiempo sentado o de pie sin moverse. Lo ideal es alternar posiciones y dar pequeños paseos frecuentes. El calor puede usarse en caso de rigidez y el frío si hay inflamación.

En cuanto a la alimentación, una dieta rica en omega-3, frutas y verduras antiinflamatorias favorece la salud articular. La vitamina D y el calcio son esenciales para los huesos, y algunos médicos sugieren suplementos como glucosamina o condroitina, aunque la evidencia sobre su efectividad es variada.

La atención médica regular es indispensable. Consultar al reumatólogo o traumatólogo permite detectar problemas a tiempo, mientras que la fisioterapia enseña ejercicios adaptados y seguros.

Nunca se debe ignorar un dolor persistente o la inflamación, ya que pueden ser señales de desgaste articular que requieren tratamiento especializado.

Además de estas medidas, es conveniente hacer un plan semanal sencillo de ejercicio que ayude a mantener la fuerza y la movilidad. Como siempre es conveniente consultar con su médico antes de iniciarlo.

Con este conjunto de hábitos y cuidados, es posible mantener las rodillas sanas, seguras y activas a los 70 años, garantizando una mejor calidad de vida y más independencia en el día a día.