Tip al día, Cómo prolongar la vida de tu colchón?

Síndrome del Colchón enfermo: ¿Durmiendo con el enemigo?

Querido lector, ¿sabías que puedes estar durmiendo con el enemigo? Es muy  frecuente que  afecciones en cualquiera de las regiones de tu columna vertebral: cervical, dorsal y lumbar se puedan originar al dormir en  un colchón inadecuado.

Lo llamamos síndrome del colchón enfermo, refiriéndonos a los  colchones que ya han cumplido con su “vida útil”. Su diseño va dirigido a las necesidades del usuario  y de allí la existencia de varios tipos. Para evitar una elección equivocada, se deben evaluar: la adecuada firmeza, capacidad de adaptabilidad y materiales de confección del colchón y hasta peso y contextura  del usuario.  

Como norma general, para una persona sin lesiones en la columna y con peso menor a 100 kg., se recomienda un colchón semi-ortopédico (semi duro),  porque  la alineación y las curvaturas naturales de  la columna no deben forzarse. El colchón debe adaptarse a la persona y no la persona al colchón, satisfaciendo  exigencias individuales y principalmente permitiendo que el descanso resulte reparador, sin que se vea afectada la calidad del sueño.

Por el contrario,  el  tipo de  colchón ortopédico es de mayor rigidez (duro), tendiendo  a rectificar las curvaturas de la columna.  La pregunta es: teniendo la columna sana ¿podría afectar negativamente usar un colchón ortopédico? La respuesta es SI.

Los colchones ortopédicos están  diseñados para personas con peso mayor a 100 kg., o para  pacientes con ciertas patologías  vertebrales; entre ellas, escoliosis o desviaciones laterales en las regiones cérvico-dorsales, dorso-lumbares o lumbares. De igual forma, para pacientes con antecedentes quirúrgicos como artrodesis vertebrales, con las que por un lado se busca corregir la deformidad, pero por el otro secundariamente se produce una rectificación de la region operada, por lo que las curvaturas naturales de la columna resultan  atenuadas, pudiendo  así acoplarse mejor a un colchón más rígido.

El tiempo considerado para que un colchón pueda  ofrecer condiciones óptimas, es entre 7 a 9 años; sin embargo, tensiones posturales, sostén corporal inadecuado e incorrecta distribución corporal por el uso de un colchón caducado o mal elegido,  pueden expresarse con los siguientes síntomas:

  • Sueño no reparador y hasta aparición de apnea del sueño, derivando en insomnio y mayor estrés.
  • Probabilidad durante el descanso de mayores movimientos, en busca de posiciones  más conciliantes, tratando de vencer la firmeza perdida. Se traducen en pinzamientos, tironamientos o contracturas dolorosas de la  musculatura para-vertebral, acompañado de dolor cervical, dorsal o lumbar y molestando a diario.

Algunos  signos característicos de que tu colchón ya cumplió su función o está caducado son: hundimientos, desniveles, mayor flacidez. Tu colchón puede ser la causa de gran parte de tus males y nosotros a distancia podemos médicamente asesorarte.

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