SADM #76 Ene/Feb 2018

Julie Alvira, MD, Healthcare Management, AJ Bodysculpt

Necesitas estar lista para un evento en particular y lucir ese vestido especial que compraste hace un mes? ¿Lucir un traje de baño porque vas a un destino fabuloso a dejar que el sol te acaricie frente al mar?

La respuesta a estas o más preguntas es…limitar los alimentos inflamatorios.

De acuerdo al Dr. Frank Hu, profesor de Harvard, si eliges los alimentos adecuados puedes reducir la inflamación y prevenir enfermedades como la obesidad y ciertas enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón. Si tomas decisiones equivocadas, puedes estar lidiando con inflamación y la promoción de enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

La inflamación es un proceso normal que ocurre en el cuerpo después de una lesión. El cuerpo libera glóbulos blancos los cuales actúan como parte de la respuesta inmune. Existe lo que se llama inflamación aguda que implica dolor, enrojecimiento e hinchazón (no todos estos síntomas suceden al mismo tiempo todo el tiempo) y la inflamación crónica que puede ocurrir durante años, como la artritis.

Nuestros cuerpos entran en un modo de sobre actividad. En otras palabras, nuestro sistema inmunológico sigue trabajando. Una de las mejores maneras en que podemos ayudarnos es mediante la reducción en la ingesta de alimentos inflamatorios. De esta manera podemos estar preparados para cualquier situación que se presente ya sea el vestido nuevo, el traje de baño, la fiesta, el crucero o la piscina.

Todo comienza con la creación de mejores hábitos alimenticios los cuales podemos hacerlos parte de un nuevo estilo de vida.

Conoce tus límites

Existen alimentos que no ayudan a nuestra salud y pueden promover la inflamación como lo son: azúcar, grasas trans y saturadas, alimentos procesados, carbohidratos refinados, gluten, refrescos, alimentos fritos, ciertos tipos de productos lácteos, mantecas, emulsificantes y muchos otros. Al reducir, limitar o quitar estos alimentos de nuestro plan alimenticio podemos ayudar nuestros niveles de energía, arrugas, masa corporal, tejido muscular, metabolismo y nuestra salud en general. Al mismo tiempo podemos ayudar a nuestro estado de ánimo en términos de depresión y ansiedad.

¿Algunos trastornos del estado de ánimo pueden ser incrementados (no creados) por ciertos alimentos?

¡Sí! Los alimentos ricos en azúcar nos hacen sentir muy bien al principio, pero más tarde pueden interrumpir los niveles de glucosa en la sangre. Después del aumento rápido de insulina prosiguen los síntomas de cansancio y tensión. Lo mismo pasa con algunos endulzantes artificiales y alimentos ricos en sodio. A veces pueden irritar a una persona entre otros síntomas que discutiré en otro artículo.

Alimentos altos en sodio pueden hacerte sentir hinchado ya que promueven la retención de agua. Otros alimentos bloquean la serotonina (neurotransmisor) y pueden contribuir a cambios de humor y dolores de cabeza. El alcohol, entre muchas cosas, puede exacerbar los síntomas asociados con la depresión. Recuerda la moderación.

Vamos de compras!

¿Dónde vamos a buscar los alimentos que necesitamos? El supermercado o su mercado favorito. Debemos comprar alimentos con fibra, nueces (especialmente almendras), semillas, tomates, verduras de hoja verde, frutas antioxidantes como fresas, arándanos, naranjas, cerezas, granos enteros, pescado, ciertos productos lácteos, remolacha, ajo, jengibre y muchos otros.

Hoy en día se ha hecho muy popular ingerir complementos como la cúrcuma y los conocidos antioxidantes en el té verde y otros suplementos. Del mismo modo, algunos de los alimentos mencionados anteriormente podrían afectarte en términos de sensibilidad, alergias, proceso de digestión, etc… por eso hay que practicar la moderación y ver lo que funciona individualmente para ti. Tu cuerpo y salud apreciarán los cambios que realices.

“No es una dieta a corto plazo, es un cambio de estilo de vida a largo plazo”

Julie Alvira, julie@coachdrjulie.com
https://www.coachdrjulie.com